La IA no te reemplazará... pero tampoco te sostendrá
“Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero.” — Génesis 39:2
Hoy el mundo repite una nueva promesa: “La IA no te reemplazará, te potenciará.”
La escuchas en conferencias, en redes, en artículos de liderazgo. Y aunque hay algo de verdad en esa frase —porque la tecnología sí puede mejorar nuestra productividad—, hay una verdad aún más profunda que el mundo ha olvidado: no se trata de quién te potencia, sino de quién está contigo.
En Génesis 39 encontramos una afirmación que el tiempo no ha podido superar:
“Jehová estaba con José.”
Esa fue la diferencia. No sus condiciones, no sus contactos, no su contexto. La presencia de Dios fue su verdadera ventaja.
Egipto: un nuevo mundo, la misma presencia
José llegó a Egipto sin nada. Era un joven esclavo, extranjero, sin recursos, sin amigos, sin “oportunidades”. Si lo vemos con ojos modernos, podríamos decir que entró a un mercado laboral que no entendía y donde nadie lo conocía. Egipto era el centro del poder y la innovación de su tiempo. Podríamos decir que era el “Silicon Valley” del mundo antiguo. Y allí, en medio de ese sistema lleno de recursos humanos y tecnológicos, un esclavo hebreo brilla… no porque tenga poder, sino porque Dios está con él.
Y por esa presencia, todo lo que hacía prosperaba. José no tenía lo que el mundo considera esencial para el éxito. Tenía algo mejor: la presencia activa del Dios que gobierna sobre todas las cosas.
Una historia personal
Hace más de trece años, cuando comenzamos nuestra empresa, yo no tenía estudios formales en negocios. Entrar al mundo empresarial fue un desafío enorme. No tenía contactos, ni una red de inversionistas, ni experiencia previa. Lo único que tenía era una convicción que ha marcado mi vida desde entonces: si Dios no está conmigo, nada de esto tiene sentido.
Y esa verdad la he visto cumplirse una y otra vez. Nuestra empresa ha crecido, ha sido reconocida, ha resistido crisis… pero siempre por una razón: Dios ha estado con nosotros.
También hemos vivido el otro lado. Momentos donde, sin darnos cuenta, empezamos a confiar más en los profesionales, en los títulos, en los softwares, o ahora, en las promesas de la inteligencia artificial. Y ahí, inevitablemente, se enfría algo: la dependencia, la humildad, la conciencia de que nuestra labor es mayordomía, no autoafirmación.
Porque el problema no es usar herramientas. El problema es creer que las herramientas son nuestra seguridad.
La IA puede ayudarte, pero no puede acompañarte
La IA puede ser una herramienta maravillosa. Puede ayudarte a planificar mejor, a comunicarte con excelencia, a organizar tus tareas. Pero hay una diferencia enorme entre algo que te asiste y Alguien que te sostiene.
José prosperó porque Dios estaba con él, no porque dominaba su entorno. Su fidelidad lo llevó de una casa de esclavo a una prisión… y luego a un palacio. El escenario cambió tres veces, pero el principio fue el mismo:
“Jehová estaba con José.”
Y eso nos recuerda que la verdadera prosperidad no depende del entorno, sino de la Presencia.
La IA puede potenciar tu trabajo,
pero solo Dios puede bendecirlo.
La IA puede mejorar tu desempeño,
pero solo Dios puede darle propósito eterno.
La misma promesa para nosotros
Jesús, antes de ascender, dijo a sus discípulos:
“Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:20)
Esa es la versión del Nuevo Testamento de Génesis 39. La misma promesa, el mismo Dios, la misma presencia.
Cristo no promete que todo saldrá bien, ni que tendremos todas las herramientas,
sino que Él estará con nosotros. Y eso cambia por completo la manera en que trabajamos, lideramos y emprendemos.
Cuando crees que tu ventaja está en tener la mejor tecnología, trabajas desde la ansiedad. Pero cuando sabes que tu ventaja está en que Dios está contigo, trabajas desde la paz.
🙌 Conclusión
No se trata de rechazar la tecnología, sino de ponerla en su lugar. La IA puede ser una herramienta útil, pero nunca tu fuente de esperanza. Tu éxito no depende del software que usas, ni de las certificaciones que acumulas, sino de la presencia fiel de Dios en tu vocación.
Así como José fue luz en Egipto, tú puedes ser testimonio en tu entorno laboral —digital o físico— si recuerdas esta verdad sencilla pero poderosa:
“No importa dónde estés, si Dios está contigo, todo lugar puede convertirse en tierra de bendición.”
Una invitación
Esta semana, antes de abrir ChatGPT, tu CRM o tu planificador, haz una oración simple:
“Señor, que hoy no se trate de cuánto logro,
sino de cuánto camino contigo.”
Porque el futuro no pertenece a quienes dominan la IA, sino a quienes son guiados por Su presencia.